¿Quién se llevó a mi tío Jesús?
- María Carolina
- 27 may 2016
- 3 Min. de lectura

Hace muchos años, no quiero pensar en fechas exactas, mi hermano y yo abrimos una habitación que siempre estuvo cerrada y jugando encontramos una petaquilla (un enorme baúl). Éramos niños saliendo ya de la Escuela Primarla de 11 y 12 años aproximadamente cada uno, y hallamos aquellos recortes de periódico de una foto donde estaba mi abuela aún joven cargando a un niño de meses, y los recortes eran varios; a veces los dos, a veces el niño solo.
Cuando preguntamos a la abuela, ella rompió a llorar y mi hermano y yo nos ganamos una tunda y ella le dijo a mi papá que no nos pegara, y así conocimos la historia:
Mi abuela ya era viuda y fue cocinera muchos años en una casa de árabes, y un amigo del señor de la casa la enamoró y tuvieron un hijo. Aquel niño era idéntico en facciones a ese árabe, quien se lo pidió a mi abuela y ella se lo negó, y él aparentemente aceptó y mi abuela descansó porque él regresaría a su patria.
Aquel niño se llamaba Jesús y fue el hermano más chico de mi papá y tenía 10 meses cuando pasó aquello.
Mi abuela salía de su trabajo por la tarde y tomaba un carrito de ruta que la dejaba en donde ahora es una tienda comercial, y enfrente la esperaba mi tía de 10 años con el niño cargado.
Ese día, y antes de que mi abuela llegara, hasta mi tía llegó un soldado y le pidió que de los puestos de la esquina norte le trajera unos cigarros y le dio un billete de $20 y le dijo que fuera pronto y le daría el cambio, y mi tía echó a caminar con el niño y el soldado le dijo: “Pero dame al niño para que vengas rápido…”, y mi tía inocentemente se lo entregó, y al regresar el soldado había desaparecido.
Cuando mi abuela llegó, encontró a mi tía llorando con los cigarros y el cambio de aquel billete.
Mi abuela puso la denuncia y lo buscaron en los cuarteles de soldados que en ese entonces había, pero a mi tía, que era una niña, todos los soldados le parecían iguales.
El periódico local gratuitamente publicó aquellas fotos durante semanas explicando el robo del niño; pero no lo encontraron.
Cuando en el trabajo de mi abuela “se enteraron”, el dueño de la casa le dijo: “Debiste entregarlo a su padre, estaría mejor con él”. Lo que mi abuela entendió como que aquel señor, papá de su niño, se lo había llevado.
Ella siguió en esa casa unos años más, con la esperanza de saber algo de aquel señor y de su hijo, pero no fue así.
Con esa pena mi abuela envejeció y enfermó, y un día estuvimos alrededor de su cama y vimos cómo en su agonía ella arrullaba a su hijo Jesús.
Cuando por fin descansó, mi papá nos dijo: “Un día alguien le dirá a mi hermano que tiene una familia y él nos buscará”.
Pero pasaron los años y mi papá también falleció esperando el momento de abrazar a su hermano y de contarle todo lo que mi abuela lo amaba y lo esperó.
¿Por qué escribo esto cuando ya pasaron tantos años? Tal vez porque mi mente y mi corazón se niegan a aceptar que existen personas tan enfermas y que hagan tanto daño. Y lo digo yo, que vi a mi abuela muchas veces buscando en el horizonte una respuesta que nadie le dio.
Tal vez mi tío Jesús vivió en Arabia con otro nombre y fue feliz y no supo cuánto lo extrañamos nosotros: SU FAMILIA.
Sólo quiero decirle a mi abuela y a mi padre donde se encuentran, que hasta el último día de mi vida recordaré a mi tío Jesús y contaré esta HISTORIA VERDADERA. No pierdo la esperanza de que alguien sepa algo y me lo diga, y que no me pase lo que a ellos, irme de este mundo sin saber de él o de quién se lo llevó. Y si está leyendo esto ALGUIEN QUE SEPA LA VERDAD, ES EL MOMENTO DE HABLAR, DE RECUPERAR SU TRANQUILIDAD AL SER HONESTO.
Mi tía, aunque se casó y tuvo sus hijos, vivía cuidándolos y desconfiando de todos.
Sé que si alguien lee esto y estuvo cerca de esa familia de árabes, sabrá el daño que hizo al apoyar la bajeza que ese loco cometió.
Y pido a ustedes que si saben algo, aún es tiempo de corregir errores y descansar su conciencia, de recuperar la paz, de contar la verdad, que hasta hoy han callado.
ESTO SUCEDIÓ EN TORREÓN Y MI ABUELA SE LLAMABA CONCEPCIÓN MORENO.
Abril de 2016
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