¡Ya es un adulto!
- María Genoveva MEZA MARTÍNEZ
- 24 dic 2016
- 1 Min. de lectura

¡No quiero tu opinión!
¡No acepto sugerencia!
¡Ya me hartó tu protección!
¡Evítame tu presencia!
Mi independencia quiero.
Hasta que me veas, ¡me molesta!
Hacer y no hacer. ¡Eso quiero!
Que me mandes o cuestiones, ¡apesta!
Ya crecí, con dieciocho, ¡soy adulto!
Hoy condeno todos tus errores.
Y a los míos, ¡doy el indulto!
¡A la goma padres o tutores!
Tengo dieciocho, ¡soy adulto!
¡Hay de mi adulto confundido!
La responsabilidad va con el bulto.
Ya quiere volar, dejar el nido.
Como madre, sólo de él se ocupe, le pido.
Pero él no olvida que soy su despertador,
y mal come por querer salir rápido,
y aún lo devuelvo para darle algo abrigador.
No quiero en su vuelo estorbar,
y difícil me es dejarlo sólo así.
No veo que de él se vaya a ocupar,
y yo sigo cuidándolo con frenesí.
Sufro al ver que con su actitud
me dice a gritos: “¡Déjame, soy adulto!”.
Y aún no sabe qué hacer con su juventud.
Juega al verdugo y mi cuidado ve como insulto.
¡Pobre de mi hijo, ya es un adulto!
2 de diciembre de 2016.